La historia de la seda empieza en el siglo XXVII a. C. Prosigue durante tres milenios de exclusividad durante los que China exporta este tejido precioso sin revelar jamás el secreto de su fabricación. El arte de fabricar seda se transmitió después a otras civilizaciones gracias a mercaderes, ladrones y espías de todo tipo (monjes, princesas...). Una vez llega a Europa occidental a finales de la Edad Media, la producción de seda alcanza la fase de la industrialización a partir del siglo XIX. Luego sufrirá una importante decadencia, relacionada con el rápido desarrollo de la fabricación de este tejido en ciertos países de Asia y con las epidemias que afectaron a los gusanos de seda en Francia. Se ha vuelto a convertir finalmente en una producción esencialmente asiática.
Aparición de la seda
De hecho, no resulta posible fechar con exactitud la aparición del tejido en China. Se han encontrado fragmentos de seda en las tumbas reales de la Dinastía Shang, que reinó entre los siglos XVII y XI a. C.[4] pero el uso cotidiano de la seda sólo parece tener su culminación bajo la Dinastía Han, es decir, dos siglos antes de la era cristiana.
Por aquella época, China ya había perdido su secreto, puesto que coreanos, japoneses y más tarde indios ya lo habían descubierto. Algunas alusiones a este tejido en el Antiguo Testamento demuestran que era conocido en el Oeste de Asia en los tiempos bíblicos. Los especialistas opinan que desde el siglo II a. C., los chinos ya habían establecido una red comercial con el objetivo de exportar seda a Occidente. Por ejemplo, se utilizaba en la corte aqueménida y por su rey Darío III cuando Alejandro Magno conquistó este Imperio. A pesar de que la seda se difundió rápidamente a través de Eurasia, su producción quedó durante tres mil años como una exclusiva china, si exceptuamos a Japón.
Aderlis S. Marquez G
CRF
http://www.monografias.com/trabajos66/inventos-mundo/inventos-mundo2.shtml
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