domingo, 6 de febrero de 2011

El desarrollo de nuevos sectores de la producción.


Frente a la industria textil y la siderúrgica, impulsores de la primera industrialización, surgen nuevos sectores punteros entre 1870 y 1914:

a) Industria Química

La industria química conoció un primer desarrollo en la Primera Revolución Industrial, durante el transcurso de la segunda experimentó una expansión sin precedentes y encontrándose soluciones prácticamente para todos los campos de la producción.
La sosa se va a producir de manera rentable tras los descubrimientos del belga Solvay, éste hizo pasar amoniaco por agua salada, así se genera bicarbonato sódico susceptible de convertirse fácilmente en sosa; esto multiplicó la producción mundial de este producto.
Los colorantes artificiales van a sustituir a los colorantes naturales anteriores y se obtendrán de productos derivados de la hulla como el alquitrán y el benzol. La investigación en este campo fue muy intensa debido a la gran demanda de la industria textil y en menos de 20 años se encontraron sustitutos de todos los tintes naturales.
Los explosivos adquieren un gran desarrollo. La pólvora era el único conocido y estallaba por ignición (fuego), se van a descubrir nuevos explosivos químicos que estallan por percusión como la nitrocelulosa y la nitroglicerina, esta última del italiano Sobrero. En 1866 Alfred Nobel descubrió la dinamita, mezcla de nitroglicerina y un tipo de arcilla llamada Kieselguhr, esto generará una gran industria de explosivos; por cierto, este Nobel fue el que creó los premios que llevan su nombre. La dinamita tendría importantes aplicaciones en la minería y en el campo militar.
En el campo la demanda de fertilizantes dará lugar al desarrollo de los abonos químicos o fertilizantes sintéticos. Se van a elaborar superfosfatos y nitrato sódico, este último se elabora a partir de nitratos minerales procedentes sobre todo de Chile. Europa era la zona que más nitrato sódico consumía. Otros elementos minerales indispensables para las plantas también se sintetizaron químicamente como el abono de potasio.


b) Industria de los Metales

Desde 1850 se descubren nuevas aleaciones metálicas que tendrán una gran importancia en la industria y también nuevos metales.

El hierro y el acero.
El hierro seguía siendo el metal más utilizado y sobre él se van a aplicar importantes innovaciones. Thomas en 1878 inventó un sistema para explotar el hierro rico en fósforo, hasta entonces no se habían tenido en consideración estos yacimientos por el carácter quebradizo del metal. El procedimiento Siemens-Martin abarató la obtención de este mismo producto. Durante la I Revolución Industrial el hierro se aplicó casi exclusivamente al ferrocarril, ahora va a encontrar nuevas aplicaciones como la construcción y el armamento. En el terreno constructivo se van a levantar puentes en hierro, estaciones de trenes, mercados, monumentos como la Torre Eiffel en 1889, y sería la base para la construcción de los primeros rascacielos en Chicago al hacer estos edificios con una estructura de hierro.
El acero (aleación de hierro con una pequeña cantidad de carbono) era un metal muy caro de producir y su utilización se limitaba a escasos productos: cuchillería, aparatos de precisión... El panorama cambia al aparecer nuevos procedimientos como el convertidor de Bessemer en 1855 que permitió incrementar la producción de acero a un precio razonable. En el campo armamentístico se utilizará más el acero que el hierro, las nuevas aplicaciones pasan por la construcción de acorazados o submarinos totalmente revestidos de acero.
Otros metales.
Además del hierro y el acero aparecen otros metales que van a tener una gran trascendencia en el desarrollo industrial. Entre ellos destaca el aluminio metal muy ligero y resistente. Fue descubierto por Wökler en 1845 pero hasta 1886 no se generaliza, fue cuando Hall le aplicó el proceso de electrólisis. El níquel se usó principalmente para mezclarlo con el acero y lograr así el acero inoxidable. Al mezclarlo con el cobre se crea una aleación llamada alpaca que tendrá muchas aplicaciones en el campo doméstico. El cobre tendrá también una gran importancia, al perfeccionarse su producción se va a destinar, casi exclusivamente, a la industria eléctrica, o bien como conductor o bien como componente de los motores eléctricos. Por último el Zinc tendrá una cierta importancia ya que al mezclarse con el hierro detiene su oxidación.


c) Industria de los Alimentos.

Aparece en el último tercio del siglo XIX potenciado por los avances en transportes y la especialización en las producciones agrícolas. Las novedades en el tratamiento de metales permitirán utilizar aluminio en vez de hierro. El envase aparecerá de manos del francés Appert, quien crea unas latas higienizadas por dentro y cerradas herméticamente por fuera. Aparecen los frigoríficos industriales que van a permitir traer alimentos de otros países. Y aparecerá la leche condensada a través de procedimientos electrolíticos.






d) Industria Eléctrica.

Hay dos grandes apartados dentro de la industria eléctrica: la producción de electricidad y la fabricación de equipamiento eléctrico. En lo que se refiere a la producción de electricidad va ser tener, a priori, un campo muy a atractivo para la inversión de capitales, que ven en ella una gran fuente de beneficios (A.E.G, Phillips, General Electric). Esta industria es la que ayuda, con su demanda constante y creciente, a la siderurgia del cobre y del plomo.
La producción de energía eléctrica se encuentra zonificada. Las industrias son locales, cada una tiene su propia central eléctrica. Posteriormente, y siguiendo los procesos de concentración industrial en vigor en la época, las grandes empresas irán comprando todas las pequeñas empresas.
La aparición de la electricidad va a suponer un gran cambio en la ciudad y sobre todo en lo que se refiere a los transportes (tranvía). Con la electricidad aparece la radio, una radio de carácter local (suena en onda media) Con ello se permite a un cierto grupo social la información que nunca han podido saber por no poder leer.

Aderlis S. Marquez G.
CRF
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Nuevas energia

En el transcurso de la Primera Revolución Industrial la fuente de energía más importante fue el carbón y el medio de comunicación que más éxito tuvo desde 1830 fue el ferrocarril.
Durante la Segunda Revolución Industrial el carbón siguió siendo la fuente de energía más utilizada, sin embargo a ella se unieron ahora la electricidad y el petróleo.

a) Petróleo.

Su conocimiento era de hacía años, pero sus posibles aplicaciones se descubrieron luego de la segunda mitad del siglo XIX y de la mano del desarrollo de la industria química. Estas nuevas aplicaciones surgen como consecuencia de una demanda de nuevas máquinas. El primer pozo perforado apreció en Ohio (USA. 1859). No obstante, todo el crudo es inútil, industrialmente hablando, si sólo se queda en crudo. Así aparecen nuevos procesos que lo transforman en gasolina, gas, queroseno.
La producción de petróleo no está completa sin elementos que la usen; aparecen por ello y potenciados por la existencia de este combustible, los motores de explosión interna de gasolina, patentados por Daimler-Benz. Paralelamente, apoyándose en el petróleo, otro inventor Diesel creó el motor diesel (se empezó a utilizar masivamente en la flota de guerra británica a partir de 1900 puesto que el motor diesel daba más velocidad y autonomía a los barcos de guerra). Ambos motores irán sustituyendo, poco a poco, al carbón. Podemos ejemplificar, con el uso de las calderas, ya que era necesario un amplio grupo humano que la mantuviera en funcionamiento además de una gran cantidad de carbón, con el petróleo y su respectivo motor se usaba menor cantidad (un depósito) y menos personal, lo que incrementaba el ahorro.
Asimismo, a fines del siglo XIX se empezó a experimentar con los automóviles y con la aviación a principios del siglo XX. Ambos medios de comunicación no se masificaron hasta después de la Primera Guerra Mundial.
El uso masivo del petróleo y sus derivados tuvo una enorme repercusión económica y política, pues los europeos empezaron a utilizar una fuente de energía que no tenían en su propio territorio. Eso les impulsó a extender sus intereses comerciales y políticos a otros continentes donde hubiera petróleo (Colonialismo).
Sólo las grandes empresas pudieron explotar el petróleo por los cuantiosos gastos de prospección, extracción y refino. Por ello, desde el principio, el petróleo fue un oligopolio.


b) Electricidad.

Aparece junto al petróleo como fuente energética que suprime el vapor. Se venía trabajando en su fabricación a escala útil desde el s. XVIII. El gran problema era conseguir una forma para generarla en grandes cantidades; esto se solucionó al crear, en 1872, Gramne, la dinamo. Posteriormente a Edison se le ocurrió mover esa dínamo (como en la antigüedad) con los molinos de agua, creando en consecuencia, los embalses (futuras centrales eléctricas), el primero 1882 en Nueva York.
El siguiente problema era: ¿cómo transportarla? Se solucionó con Deprez, creador de la alta tensión. Las aplicaciones de la electricidad fueron casi infinitas, suplantando así, a las máquinas de vapor. Aparecen así nuevas utilidades pero que suponen revoluciones, como la revolución que supuso la creación de la bombilla de Edison(presentada en la exposición de París en 1881). Ésta, en un principio, sólo se destinaba a ser usada en los lugares públicos (en algunas familias muy ricas); pero su generalización cambió la manera de entender la vida y el trabajo, al liberar al hombre de la dependencia de los ciclos día/noche.
La electricidad también se aplicó en otros terrenos como en los medios de transporte urbano (aparición del metro), las telecomunicaciones (la telegrafía sin hilo de Graham Bell), el proceso de la electrólisis... Una de sus últimas aplicaciones fue la electricidad de uso doméstico, la cual introduciéndose poco a poco abrió muchos campos (lavadoras, termos...).
La industria de la electricidad se compone de dos partes bien definidas: por un lado la "industria de energía eléctrica" que produce y distribuye corriente, en la mayoría de los casos bajo el control del Estado. Por otro lado la "Industria electrotécnica" que realiza las instalaciones y construye aparatos y máquinas eléctricas. Esta última comenzó a desarrollarse a mediados del siglo XIX. En su primera fase la industria electrotécnica se dedicó a los equipos telegráficos, aparatos de señales y primeras construcciones de tranvías. La empresa alemana Siemens fundada en 1847 se destacó en este período y fue la primera en instalar un tren eléctrico. En la segunda fase se destacó un famoso inventor norteamericano Thomas Alva Edison.

Aderlis S. Marquez G.
CRF
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Factores Sociales Economicos y Politicos de la Revolucion Industrial

Factores sociales economicos














Abundancia de capitales, procedentes, en parte, del dominio comercial británico, pues desde el siglo XVII la marina mercante británica en dura competencia con los holandeses se ha hecho con el control de buena parte de los intercambios comerciales de otros continentes con Europa. El comercio de productos como el te o el tabaco, y el tráfico de esclavos, había permitido la creación de enormes fortunas, en manos de comerciantes y banqueros. Este comercio colonial proporcionaba a Gran Bretaña materias primas y mercados donde vender sus productos manufacturados.
Incremento sostenido de la capacidad para producir alimentos por parte de la agricultura británica que está conociendo un importante desarrollo, la denominada revolución agraria, desde la aprobación de leyes que permiten el cercamiento de las propiedades.
Existencia de una abundante mano de obra. La población británica crece a gran ritmo a causa fundamentalmente de los cambios en la agricultura: el suministro constante y creciente de alimentos va terminando con las crisis demográficas. Parte de esa población en crecimiento emigrará a las ciudades y formará la masa de los trabajadores industriales.
La mayor libertad económica a causa de la debilidad relativa con respecto a otros países de organismos como los gremios que suponían un freno a cualquier innovación en las actividades industriales. No es casual que fuese un británico, el escocés Adam Smith, autor de La Riqueza de las Naciones, quien hiciese la más destacada e influyente defensa de la libertad económica: para Adam Smith la mejor forma de emplear el capital para crear riqueza es aquella en la cual la intervención de los gobiernos es lo más reducida posible. La mano invisible del mercado asigna siempre de la forma más eficiente los recursos económicos de un país.
Abundancia de emprendedores entre los comerciantes y los grandes propietarios de tierra.
Una aristocracia que permite y premia las innovaciones y la creación de riqueza, en contraste con la nobleza de otros países, más tradicional, apegada a la tierra y que desprecia cualquier forma de trabajo productivo.
Menor peso de los impuestos al comercio en el mercado interno: en Gran Bretaña el peso de los impuestos interiores era muy reducido comparado con otros países europeos donde era muy común encontrarse aduanas interiores cada pocos kilómetros lo que convertía al comercio en una actividad poco productiva. Puede decirse que en Gran Bretaña existía ya un mercado nacional que en otros países sólo existirá cuando se eliminen las aduanas interiores y se cree una importante red de ferrocarriles.

Factores Politicos


















Un régimen político estable, la monarquía liberal, que desde el siglo XVII es el sistema político imperante (mientras en otros países de Europa se refuerza la monarquía absoluta), y que se mantiene libre de las revoluciones que aquejan a otros países europeos.
Las numerosas guerras en las que se vio envuelto el Reino Unido durante los siglos XVIII y XIX no provocaron daños en territorio británico. La insularidad actuó en este sentido como una barrera de protección a la que se unía el desarrollo de una poderosa flota de guerra que mantendrá su hegemonía mundial durante los siglos XVIII y XIX.
La existencia de una moneda estable y un sistema bancario organizado: el Banco de Inglaterra fue creado ya en 1694. Estas condiciones no se darán en otros países europeos hasta finales del siglo XVIII

Aderlis S. Marquez G.
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Avances tecnologicos

El uso de máquinas terminó por desplazar la actividad del hombre realizada hasta ese instante y cambiar su mismo trabajo, el cual se convirtió en algo continuo.

La maquinaria revolucionó la forma de producir bienes, no solo aumentando la rentabilidad, sino liberando la mano de obra necesaria para la industria.

El movimiento industrial se inició cuando James Hargraves inventó en 1764, la maquina textil conocida con el nombre de Spinning Jenny ( Juanita la Hiladora), cuya capacidad de producción era superior a la de 36 hiladoras de rueda. Dicha máquina fue el punto de partida de un proceso de perfeccionamiento que se fue realizando con correr los años. Edmundo Cartwright, en 1784 inventó el telar mecánico operado con fuerza hidráulica, el cual aceleró considerablemente la fabricación de tela. También se destacó el norteamericano Ely Withney, quien creó en 1793 la desmotadora de algodón, que hizo posible utilizar más adecuadamente la fibra.

Inglaterra, celosa de tan importantes descubrimientos, y con el propósito de mantener la supremacía en la Industria Textil, prohibió la exportación de los telares mecánicos. Pero no consiguió su propósito, debido a que los trabajadores que los manejaban conocían las especificaciones y los detalles de construcción de esas mecánicas y pudieron fabricarlas en otros países. Fue así como Samuel Slater, construyó en los Estados Unidos, en 1790, el primer telar mecánico. Este le permitió fundar la primera fábrica de telas en este país.

Por otra parte, en todos los países se empezaron a producir cambios en la forma de explotar la tierra, al reincorporar nuevas técnicas en la agricultura que permitieron romper los techos de producción de los agricultores. Los procedimientos tradicionales suponían una gran limitación, la cual fue resuelta a través del cambio en los cultivos.

En el primer cuarto del XVIII apareció una serie de innovaciones que se concretaron en las formas de plantar las semillas (en surcos), los cambios en el arado, (aplicando un nuevo modelo) y en el perfeccionamiento de la técnica del drenaje*. Posteriormente, en el XIX, aparecieron las primeras máquinas agrícolas (por ejemplo, la trilladora a finales del XVIII).

Hacia el cuarto de siglo XIX comenzó a cambiar el proceso del carbón vegetal, utilizando más el carbón mineral, que cuenta con un mayor poder energético. La necesidad de energía implicó un desarrollo minero fundamental.

La industria minero-metalúrgica, de carácter pesado, utilizó carbón y hierro como los productos esenciales, los cuales hicieron posible la construcción de los ferrocarriles, piezas primeras que dan soporte a un nuevo sistema de transporte y comunicaciones.

También la máquina de vapor fue de gran importancia en el desarrollo de los barcos y ferrocarriles.

La navegación y el ferrocarril

El transporte empezó desarrollándose en el aspecto fluvial.

El barco de vapor fue el primero en ponerse en funcionamiento, y tardó poco en superar a los viejos buques del transporte interoceánico en manos de los clippers* ingleses.

Lo primero en aplicarse fue la rueda, pero esta no fue utilizada ni para la navegación de altura ni para la de cabotaje*, restringiendo su uso únicamente a la navegación fluvial. Hacia 1830 aparece la hélice y a mitad de siglo empezó a tener consecuencias en el transporte oceánico, al incorporarse al mismo, vapor y hélice simultáneamente.

La aparición del ferrocarril se establece buscando un complemento al transporte fluvial. El primer ferrocarril es de tracción animal. A partir de 1825 entraron en servicio los primeros ferrocarriles prácticos movidos por máquinas de vapor inventadas por George Stephenson, que permitían mayor velocidad.

El ferrocarril se convirtió finalmente en un medio eficaz para transportar productos en grandes cantidades, y se fue utilizado como instrumento para activar el desarrollo económico de las zonas a atravesar. Fomentó la industria no solo por el intercambio, sino también por su propia demanda, sobre todo en material sidero-metalúrgico.

Minas, siderurgia, gas, ferrocarril, fueron productos muy relacionados entre sí. El proceso de industrialización se vio así activado.



Aderlis S. Marquez G.
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Consecuencias de la revolucion industrial

Relación entre la Revolución Industrial y la calidad de vida de la población.

Es claro que existe una correlación entre los desarrollos tecnológicos y otros suministros de comodidades que proporcionaron una clara mejora en la calidad de vida. Todo el progreso que impulsó la Revolución Industrial se tradujo como el camino hacia el confort y la creación de beneficios para la raza humana.

La Revolución Industrial determinó cambios estructurales en las actividades laborales, económicas, sociales, políticas. Se constituyó sobre la base de una estructura comercial, que priorizaba los intereses económicos de los burgueses. Debido a que éste no fue un proceso lineal u organizado para el beneficio de todos los habitantes, surgieron ciertas diferencias, que más tarde contribuyeron a la nueva estructuración socio-económica.

De esta manera se condujo al empobrecimiento de algunos sectores y el sobre enriquecimiento de otros. Es un error considerar que la Revolución Industrial mejoró el nivel de vida general de la población sólo por haber beneficiado claramente en ciertos aspectos a determinados sectores sociales, puesto que también contrajo ciertos perjuicios para alguno de ellos.

Los comerciantes constituyeron un sector social muy respetado, y su éxito significó un rápido ascenso social, formando parte de la alta burguesía. De todos, el más beneficiado fue el comerciante ocupado en el comercio colonial.

El resto de la clase media fue adquiriendo cada vez una mayor identidad de clase a partir del nacimiento del proletariado y la consiguiente diferenciación de éste, y fue generalizada a partir de 1830. Ellos exigieron derechos y poder, y no mantuvieron ningún vínculo emocional con el antiguo régimen, por lo que constituyeron la clase primordial en la lucha contra la nobleza y alta aristocracia.

Debido a la fuerte influencia cultural y de principios que impuso la burguesía, fue posible el gran crecimiento de las industrias, la expansión del ecumene* en busca de nuevos mercados, etc... Esto permitió no sólo que hubiera más capas intermedias en la pirámide económica y más matices dentro de las clases medias; sino que éstas se convirtieran en símbolo de progreso, vida urbana, racionalidad, etc...

En 1830 se comenzó a plantear el problema del excedente de capital de los burgueses, que en vez de redistribuirlo entre las clases menos favorecidas, fue reinvertido en el crecimiento de los ferrocarriles, otorgándole así más comodidades a ellos mismos.

"La clase media triunfante y aquellos que aspiraban a emularla estaban satisfechos. No así el trabajador pobre - la mayoría, dada la naturaleza de las cosas- cuyo mundo y formas de vida tradicionales destruyó la Revolución Industrial, sin ofrecerle nada a cambio"*

El proletariado nació como clase de trabajadores fabriles, provenientes a menudo de zonas rurales. Ellos debieron adaptarse a un modo de vida absolutamente ajeno, difícil e injusto.

Sin embargo dentro de la clase obrera existieron matices, entre los que trabajaban propiamente en las nuevas industrias, los mineros, los que no se vieron tan afectados por la Revolución Industrial y aquellos a los que ésta les había destrozado la actividad laboral.

La relación establecida entre el obrero y su patrón era el salario, la remuneración económica en metálico que recibía a cambio del trabajo en los medios de producción del capitalista. Esto se diferenciaba fuertemente de la anterior forma (rural) de trabajo que ellos poseían, donde sus ingresos estaban en relación directa a sus propios medios de producción y a las ganancias de la cosecha. Esta diferencia estableció una mayor brecha social entre el patrón y el trabajador, pues multiplicó los beneficios de la clase media a costa de los obreros, cuyo único beneficio prácticamente era seguir vivos.

El trabajo industrial, además, impuso un ritmo con horarios estrictos, constante, mecanizado, que no guardaba relación con el trabajo antes realizado en las actividades agrícolas o artesanales. La racionalización del tiempo en el trabajo empeoró la situación para los obreros tornándola casi inhumana. Más allá del salario (por el cual los historiadores discuten si era alto o bajo), la cantidad de horas de trabajo impuesta por la industrialización empeoró la calidad de vida de todo el proletariado.

"Sólo el trabajo ininterrumpido y constante podía proporcionarles el suficiente dinero para seguir vivos, de modo que nos les quedaba más tiempo libre que el de comer y dormir y, puesto que se trataba de un país cristiano, rezar en domingo".

"Los trabajadores estaban sujetos a un gran esfuerzo nervioso por la monotonía tanto de la rutina mecánica como de la disciplina fabril (...) que provoca, a menudo, enfermedades nerviosas..."

A causa de la gran oferta de trabajadores, éstos no podían darse el lujo de renunciar, y debían trabajar a cambio de salarios muy bajos, desproporcionados en relación con el número de horas y el esfuerzo realizado.

Los burgueses industriales, dueños de las fábricas, querían sacarles el mayor jugo productivo a sus trabajadores sin importar a qué costo; por lo que impusieron sanciones y castigos para mantener el control y la disciplina, y aumentar al máximo posible el rendimiento de los obreros. A cambio se les pagaba con el mismo salario.

Esta situación cambió parcialmente cuando los obreros se transformaron en actores esenciales del consumo, que hasta el momento no se tenía en cuenta y por lo que se debían ampliar continuamente los mercados. Este nuevo aspecto comercial dio la capacidad a los burgueses de aumentar poderosamente su producción, y consecuentemente su ganancia, pero para ello debieron aumentar los salarios un poco, por encima de lo estrictamente necesario para vivir.

La repercusión de la industrialización en el medio ambiente y en las migraciones internas.

Con la Revolución industrial se introdujeron en el proceso de producción, máquinas y herramientas accionadas mediante nuevas fuentes de energía, producidas a partir de combustibles sólidos y cuyo consumo fue aumentando de modo ascendente. Los efectos de la combustión de dichos productos empezaron progresivamente a ejercer sus efectos sobre la biosfera. Asimismo, al aumentar la producción humana de materiales, las consecuencias del no-reciclaje de muchas sustancias se hicieron cada vez más patentes en la naturaleza.

A todo esto hay que añadir los efectos del "fenómeno urbano", explicados a continuación, que dieron como resultado la recesión de los sistemas naturales y una creciente contaminación del medio ambiente, derivada de unas formas de consumo de energía, de multiplicación del volumen y densidad de materiales y de una organización del espacio que no respetaron las leyes ecológicas a las que la sociedad humana está sujeta.

"La marcha hacia la muerte ha comenzado. La primera advertencia la hizo Freud ya antes de Hitler: es que la civilización, al mismo tiempo que bienestar, procura malestar, porque las fuerzas de la libido* que ella reprime se acumulan en forma explosiva. La segunda advertencia la hizo Hiroshima y la continúa, de un modo casi inaudible, el tictac de las pequeñas bombas francesas en Mururoa. La tercera advertencia fue la alarma demográfica, desde Sauvy* hasta Ehrlich*, que reveló el crecimiento exponencial de la población ya antes que el de la industria, siendo ésta la cuarta advertencia, la advertencia ecológica"

El fenómeno urbano adquirió en la segunda mitad del siglo una amplitud sin precedentes. Hasta 1850, en todas partes, salvo en Inglaterra, predominaba la población rural. Ahora el movimiento de concentración en provecho de las ciudades se precipitaba rápidamente. Tal incremento no puede ser atribuido a una progresión natural sino al éxodo campesino.

Este fenómeno afectó las relaciones laborales, que se vieron alteradas al cambiar, el hombre, su forma de trabajo. Éste acabó por ser llamado a las fábricas (el trabajo salía de las casas).

Proudhon* habla de "la ciudad nueva, monótona y fastidiosa de Mr. Hausmann*, con sus bulevares* rectilíneos, con sus hoteles gigantescos, con sus muelles magníficos, pero desiertos, con su río desanimado que no lleva más que piedras y arena, con sus estaciones de ferrocarril, que reemplazando los puertos de la vieja ciudad, han destruido su razón de ser, con sus jardines, sus teatros nuevos, sus legiones de barrenderos y su polvo espantoso". La especialización de los barrios se precisa, adquiriendo cada uno su peculiar aspecto arquitectural: barrios del gran comercio, barrios de las estaciones, barrios de las administraciones.

Por lo tanto se puede decir que la industrialización tuvo repercusiones conmocionantes sobre las ciudades. En primer lugar, porque a en ellas se instalaron las fábricas y, en segundo lugar, porque ello provocó amplios movimientos migratorios de campesinos pobres, atraídos por el salario industrial, para los cuales hubo que preparar acomodo. Las ciudades atrajeron a la industria y la industria hizo crecer a las ciudades. Entre 1790 y 1841, Londres pasó de 1.000.000 de habitantes a 2.235.000.

Resumiendo, se puede decir que la iniciación del proceso de industrialización tuvo una repercusiones claras en las formas de urbanización, que se han dejado sentir más o menos intensamente y con mayor o menor prontitud, en función de los ritmos nacionales correspondientes. Esas repercusiones caracterizaron a la ciudad industrial a finales del siglo XIX y principios del XX, como una nueva forma de urbanización en la que la ciudad se sacrificaba en gran medida a la producción económica. Pero es necesario recordar que todo lo dicho ha estado referido a la forma inicial de producirse la industrialización.

Aderlis S. Marquez G.

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La Revolución Industrial, segunda etapa

Nos acercábamos al siglo XX con la ilusión de nuevos descubrimientos; con una febril actividad industrial y con una sociedad que se estaba acomodando a las ventajas que suponía gozar de unos avances tecnológicos que laboral y socialmente ofrecían una mayor libertad, confort y ocio. El optimismo creciente retroalimentaba la maquinaria de la Revolución Industrial.

 avance del ferrocarril

La segunda etapa de la Revolución Industrial comenzó en 1870 aproximadamente. Y quizás fuera el invento de la dinamo la que diera un nuevo empujón a la carrera por la modernización tecnológica.  La obtención de fuerza hidroeléctrica gracias a estas dinamos permitieron transformarla en luz, y por ende, en energía para los nuevos transportes que iban surgiendo. La era de los transportes daba un nuevo salto adelante, y por otro lado, la sociedad se veía recompensada con un nuevo elemento desconocido hasta entonces: el alumbrado. Las horas de oscuridad, de candiles y cera, quedaba atrás. Cuando en 1879, Thomas Edison presentó la lámpara incandescente la sociedad ya se había preparado para lo que, uno tras otro, iba a llegar en aquellos años de finales del XIX y principios del siglo XX.

Aquel desarrollo industrial se centró en Europa, donde el Reino Unido era el gran dominante; la potencia mundial cuyos tentáculos se adentraban en todos los continentes. Ellos fueron el perfecto ejemplo del significado de la Revolución Industrial. En primer lugar porque crearon una industria textil con la que acumularon capital suficiente como para continuar con los estudios e innovaciones tecnológicas, y en segundo lugar, porque su vasto imperio colonial otorgaba el material económico y en materias primas como para afrontar con garantías la llegada de esta segunda fase en la que la siderurgia y el ferrocarril serían los elementos principales.

Sin embargo, aquella Revolución Industrial también tuvo sus puntos negros, que en este caso se reflejaban en la cada vez mayor explotación laboral. Jornadas de quince horas y el nacimiento de lo que Karl Marx definió como alienamiento de los trabajadores.

 Segunda Revolucion Industrial

El éxito de la Revolución Industrial estuvo sustentado desde muchos puntos de la economía y la cultura, pues si la sociedad supo acoplarse y recibir con expectación todos aquellos avances y desde el punto de vista económico se estaba en una época de bonanza, también la apertura de nuevas rutas comerciales favoreció el engrandecimiento de todas aquellas naciones que se alineaban a ese nuevo progreso. En ello fue importantísimo también la apertura del Canal de Suez, en Egipto, en 1869, que permitió un comercio más fluido entre Europa y Asia. Además las redes ferroviarias iban en aumento, y se comenzó una carrera loca por conseguir conectar, por un lado, las dos costas de Estados Unidos, y por el otro lado, los principales puntos comerciales de Europa. Por último, la presentación en sociedad de las primera líneas telefónicas de larga distancia permitió conectar en el instante a distintos puntos del mundo agilizando de este modo el comercio.

El ritmo de aquellos años parecía por momentos frenético. Era una carrera contrarreloj por ser los primeros en la que Inglaterra, Estados Unidos y Francia habían adquirido ventaja. Pero aquel imperialismo; aquella supremacía, no hizo sino crear más tensiones entre determinados países. Alemania e Italia se veían relegados y pronto surgieron los conflictos políticos… estábamos ante las puertas de la Primera Guerra Mundial.

Aderlis S. Marquez G.

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La Revolución Industrial, su primera etapa

La mayor transformación social que se ha producido en los últimos siglos ha sido producto de la Revolución Industrial. El invento de la máquina de vapor y el desarrollo de los procesos industriales contribuyeron sobremanera a tener una sociedad más modernizada y a afrontar retos naturales contra los que la Humanidad había luchado históricamente, como volar o desplazarse rápidamente de un sitio a otro.

Maquina de vapor

Pero, sin duda, el elemento clave fue la gran patente de James Watt que propulsó un cambio profundo que dio alas a lo que posteriormente sería llamada como Revolución Industrial. La máquina de vapor se aplicó a la locomotora y de ahí se pasó a un avance tecnológico sin precedentes. Por otro lado, una sociedad más liberal fomentó el que se introdujeran nuevos elementos que contribuyeran al avance industrial. Se necesitaba más carbón, se generaba más energía, y se buscaba aumentar la productividad de los recursos propios. La mente se había abierto a la economía y la eficiencia y a ello contribuyó también la política expansionista de determinados países que hizo que el capitalismo se expandiera por el mundo. Adam Smith, con su "Riqueza de las naciones" fue el pionero de este librecambismo, bajo la idea de que esa libertad influirá en el desarrollo de una nación.

La primera gran etapa de la Revolución Industrial fue la que se desarrolló entre los año 1760 y 1870. Fue un periodo marcado por los continuos inventos. En el año 1800 Volta inventaría la pila eléctrica. Stephenson inventó la primera locomotora de vapor en el año 1814. en 1825 se inauguró la primera línea de pasajeros. En 1834 fue Richard Roberts el que ideó el telar y la máquina de hilar. En 1837, Morse inventa el telégrafo y se da el primer gran impulso a las comunicaciones. En 1863 se inaugura el primer sistema de metro del mundo en Londres. En 1868 se lanza el primer ferrocarril transcontinental…

 Maquina de HIlar

Pero al mismo tiempo, la sociedad comienza a sufrir prifundas transformaciones marcada por hechos que todos conducían a la implantación de unas ideas mucho más modernas y liberales. 1789 y la Revolución Francesa fue fundamental para que esas ideas se propagaran por Europa. Pero también la victoria de los ingleses en la Batalla de Trafalgar sirvió en cierto modo para fomentar el auge de la Revolución Industrial. Lo que a simple vista parecería una catástrofe para franceses y españoles, hizo que Gran Bretaña, la gran propulsora de la Revolución, se hiciera con el dominio del mar en el Mediterráneo. Se abrieron así las vías para un comercio global y al mismo tiempo los canales necesarios como para que las ideas librecambistas que tanto se defendían en Inglaterra llegaran aún más lejos.

Poco a poco, la semilla de una sociedad más avanzada basada en la tecnología iba floreciendo. En aquella primera etapa de la Revolución Industrial, la luz eléctrica, el gas y el transporte público (tres elementos básico de cualquier sociedad hoy en día) habían venido al mundo. Se había pasado de ciudades alumbradas por petróleo y donde el único medio de transporte eran los carros de caballos, a viajar en máquinas de vapor y a tener alumbrado eléctrico.

El siglo XX había llegado.

Aderlis S. Marquez G.

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